Un blog para la crítica respetuosa, que deja lo políticamente correcto a un lado y que denuncia y pone el acento en oponerse a aquellas actitudes y opiniones que, a juicio de su autor, no respetan la dignidad y los valores humanos. Las personas siempre son dignas de todo respeto; las opiniones, no.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Incrédulo


No se corten. Cada vez confío menos en algunos de mis semejantes. A veces me parece descubrir oscuras intenciones, y otras inocencia desmesurada y enfermiza. Así que hoy déjenme sembrar dudas, dejar preguntas en el aire... Un pequeño salpicón de temas.

¿Qué es más legítimo? ¿Un parlamento —y un gobierno emanado del mismo— elegido en las urnas por todo español que quiso —o no quiso— ejercer su derecho al voto hace nueve meses, o un grupo más o menos numeroso de personas que se manifiesta pidiendo su dimisión diciendo que representan al pueblo español que, desde luego, ni les ha votado ni ha realizado ningún acto de delegación explícita? No niego razones para manifestarse, ni para el cabreo, pero ¿a cuál de los dos colectivos le hemos dado un mandato de representación? Personalmente, yo no aspiro a representar a nadie que no sea a mí mismo. Y, desde luego, no me siento representado por nadie a quien no le haya hecho delegación expresa de tal cosa. ¿A ustedes no les pasa lo mismo?

¿Todo vale? Leo aquí que una joven de veinte años subasta su virginidad en Internet para construir casas para los más pobres de su pueblo. Primero porque no termino de creérmelo, sobre todo después de leer que un cineasta australiano está rodando ya un documental. Y en segundo lugar, y más importante, ¿hasta qué punto esta oferta es moralmente aceptable? No vale una respuesta fácil. De alguna manera todos vendemos nuestro tiempo, cuerpo y mente a diario por un sueldo...

viernes, 21 de septiembre de 2012

Si eres cristiano, muestra tu fe


Será por la llegada del otoño, el acortamiento de los días, la crisis, el final de las vacaciones y cientos de cosas que, por prudencia, me callo. Son fechas propicias al desencanto. El cielo, que no escampa... La inevitable sensación de que nada cambia.

Será por eso que hoy prefiero cederle la palabra a alguien con mucha más autoridad que yo. Y que lo haga para “meterse” conmigo y con todos los que nos llamamos cristianos. Católicos, para más señas. Exceptuado algún santo en vida.

Decía el apóstol Santiago el pasado fin de semana: muestra tus obras y mostrarás tu fe... No es literal, pero sirve.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Injustificable


Hacemos mal, muy mal, comprendiendo y justificando la violencia. Nos hemos acostumbrado en esta sociedad a ser especialmente comprensivos con ciertas sensibilidades, sobre todo cuando éstas tienen la costumbre de manifestarse violentamente cuando se sienten heridas.

Quede claro que no me parece bien ofender a nadie, y menos en sus creencias y sentimientos religiosos. Pero un vídeo, por muy blasfemo que sea, nunca puede justificar la violencia y la muerte. Dejemos atrás el discurso del “algo habrá hecho para merecer esto”. De apretar el gatillo solo es responsable, en última instancia, el que lo aprieta. Podrá encontrar todas las causas y excusas que quiera, pero al final uno es libre para hacer o no hacer. Esa libertad interior nadie se la puede arrebatar.

Eso no elude nuestras responsabilidades colectivas, cuando las haya. Instigar, apoyar, comprender, crear un clima... Pero también es responsabilidad colectiva no ceder al chantaje ni a la defensa igualitaria de todos los hombres y sensibilidades. No podemos mantener un doble rasero en la tolerancia de las ofensas en función de la costumbre del ofendido de mostrarse más o menos violento. No estamos en un patio de colegio, ni podemos tolerar comportamientos abusivos.